Estrategias de Riesgo: El Futuro en Tiempo Real
En muchos países y regiones en los que la liberalización es ahora completa, los mercados de materias primas energéticas, establecen los precios con una frecuencia cada vez mayor, en algunos casos en intervalos de tan sólo cinco minutos. Sin embargo, en la mayoría de estas zonas, los consumidores finales participan en los mercados a corto plazo mucho menos de lo que potencialmente podrían. Con tecnología que permita el seguimiento en tiempo real y equipos que puedan ajustar la demanda con un periodo corto de preaviso, muchos de ellos disponen de la infraestructura para monitorizar y tomar decisiones casi al mismo tiempo que observan los cambios en los precios. España no es una excepción a esta situación.
Todavía la mayoría de las organizaciones que participan en programas de gestión de riesgo energéticos, realizan sus coberturas con horizontes raramente más cercanos al siguiente año calendario. Así pues, la estrategia de riesgos se limita a contratar en el momento óptimo la secuencia de productos anuales disponibles. Con la capacidad de reaccionar y actuar en mercados que permiten contratar productos mensuales, semanales, diarios e incluso intradiarios, las oportunidades en el mercado energético son substancialmente mayores de las que actualmente se benefician muchos consumidores.
La capacidad de reaccionar y actuar con mayor frecuencia, permite a los consumidores de energía incorporar a su estrategia de riesgo nuevos horizontes temporales. Por ejemplo, la ventaja de mantener parte del consumo ligado a productos horarios o a un día vista, es que en ocasiones, estos precios son menores que la media de los contratos a futuros. Esto es debido, en gran medida, al hecho de que los productos a futuro a veces incorporan ciertas primas de riesgo para compensar la incertidumbre. El lado positivo de los crecientes riesgos que se observan en los mercados energéticos no siempre puede obtenerse en el mercado a futuros, sino también en los mercados a corto plazo.
Asociadas al riesgo siempre se encuentran oportunidades, lo que garantiza la posibilidad de establecer una estrategia de gestión de riesgo novedosa y mucho más diversificada.
En Europa, los mercados energéticos han sido tradicionalmente más flexibles que en otras áreas como por ejemplo, Estados Unidos. Así, en la mayoría de los países europeos, los consumidores son capaces de utilizar sus predicciones de consumo como un activo, beneficiándose de su posición cubierta para deshacer parte o la totalidad de los volúmenes fijados y obteniendo ventaja de los cambios de tendencia en el mercado. Muchos de los consumidores realizan sus coberturas mediante productos mensuales y toman decisiones sobre la parte de su volumen expuesta al mercado diario. Incluso, se observa una tendencia creciente a buscar mecanismos y definir la estrategia considerando también periodos de tiempo cada más cortos.
Esta evolución es también la observada en España, donde hace relativamente poco tiempo, sólo un reducido número de participantes en el mercado realizaban una gestión activa de compra energética. Sin embargo, en los últimos dos años, nuevos productos y contratos con la posibilidad de hacer coberturas pero también de deshacerlas si las condiciones de mercado lo aconsejan, se han convertido en herramientas frecuentes de los consumidores más activos en el mercado. Del mismo modo, el interés y la disponibilidad por productos a más corto plazo, con horizonte mensual o trimestral han ido ganando posiciones en la definición de la estrategia de compra al permitir una gestión más dinámica y una mayor diversificación de los riesgos.
¿Qué impacto tendría si pudiera disponer de productos semanales o incluso en un horizonte de un día vista…..quizás incluso de una hora vista?
Estas preguntas son esenciales para instalaciones que disponen de generación propia. Pero incluso para las organizaciones sin este tipo de equipamiento, su propio patrón de consumo puede ser un activo para el mercado. Así, se observa una tendencia clara a incluir la demanda y su patrón en la ecuación de operación de mercado en la misma forma que lo hace oferta, respondiendo en tiempo real a las señales de precio.
Esta situación, requiere por lo tanto un nuevo modo de operar. Cada nuevo horizonte de tiempo que un consumidor considere, lleva asociados unos riesgos y beneficios diferentes. Así, se requiere definir la táctica a seguir para cada uno de ellos e integrar estas tácticas dentro de la estrategia global de gestión de la energía.
Mientras los mercados desarrollados proporcionan la oportunidad de participar en la gestión energética de muy diferentes formas, los mercados menos avanzados como por ejemplo en la India, solo permiten disponer de precios en tiempo real. Las nuevas tecnologías para monitorizar y gestionar el patrón de consumo que no existían hace cinco años han flexibilizado la forma de enfocar la gestión de energía en los mercados emergentes.
Los productores-generadores establecidos en la india disponen, en este momento, de la capacidad de ajustar la producción en sus instalaciones de generación. Previamente, la flexibilidad en la generación estaba altamente condicionada por los cortes de suministro, sin embargo, con la correcta combinación de tecnologías, estas fuentes de generación distribuida pueden desarrollar oportunidades para la gestión de la oferta y la demanda energética y aportar valor añadido a las empresas.
La volatilidad creciente de los precios energéticos, ha provocado que la participación estratégica en los mercados a corto plazo haya ganado importancia y aportado beneficios. Las empresas quieren, de forma simultánea, aprovechar las oportunidades de precios bajos y minimizar los riesgos que pudieran tener los momentos de tendencia alcista. Es en este contexto, donde los consumidores deben desarrollar y poner en práctica los programas de gestión de riesgo que incluyan un enfoque holístico, solo así podrán beneficiarse de todas las oportunidades del mercado al mismo tiempo que se protegen eficientemente de sus riesgos.